|
Numa Mk I Tornado - 1968
"El televisor"
Revista
Corsa Nro 122. Agosto de 1968
|
El Numa I constituyó la apertura de otra nueva era en el Turismo de Carretera. Un buen auto, con estudiada estructura y un buen piloto a su comando. Falta un motor que lo haga rendir lo que de él esperamos
Cuando Carlos "Cacho" Ruesch y Juan Esteban Arce se propusieron cambiarle la fisonomía a un Torino 380 común y corriente, nunca se imaginaron siquiera que iban a causar poco menos que una hecatombe en Turismo de Carretera. La forma que lograron, luego de diseños, cálculos y proyectos desechados, fue una de las más avanzadas de la categoría, si no la más.
Su aspecto exterior es de un auténtico prototipo. La tribuna y el periodismo lo relacionaron inmediatamente con un Chaparral, y por eso Ruesch insiste en afirmar que "en las próximas carreras vamos a estudiar la posibilidad de colocar un alerón de perfil aerodinámico invertido para lograr una mayor adherencia del tren trasero. Juro -dice- que con esa innovación voy a entrar en la curva de Ascari, en el Autódromo de Buenos Aires, "a fondo".
La declaración de Carlos Ruesch, sin embargo, oculta una intención divertida, por supuesto
sin dejar de lado la parte práctica del asunto: "Quiero que los que me relacionaron con el Chaparral puedan seguir haciéndolo".
Sin embargo su auto seguirá siendo el más revolucionario y elaborado del Turismo de Carretera, aun cuando a esta altura del partido ya esté un poco manoseado por el uso, tenga la pintura saltada en algunas partes y uno o dos abolloncitos en sus costados.
Lo que más influyó en que el Numa I (nombre puesto a causa de que Ruesch poseía hace tiempo un perro que llevaba ese mote) declinara su estado exterior, fue sin lugar a dudas la enorme cantidad de reformas que se le van haciendo sobre la marcha para lograr un mejor rendimiento del conjunto estructura - aerodinamia... y además por las reformas a que se vio sometido debido a la imposición de la ACTC: "O lo modifica o no corre más", habrían sido las palabras de Carlos Menditeguy, presidente de la entidad.
"Emiliozzi, sin embargo, al cual lo considero un gran señor y un caballero, dijo que mi auto era absolutamente reglamentario. Bordeu me pidió por favor que lo modificara así se terminaban los líos y podía volver a correr."
La opinión de "avanzada" de Ia ACTC impidió que el TC se nutriera con una máquina de auténtica calidad.
El Numa l nació con la batería y el radiador en la parte trasera, y son los únicos elementos que aún no se han visto perjudicados por la "mudanza". Primero se suprimieron unas tomas de aire a los costados, que ahora volverán a aparecer; luego se habilitaron
conductos de aire sobre el techo reformado; tras la "piña" de Mendoza la trompa sufrió una modificación bastante importante.
Cada día se trabajaba más en el Numa I -auténtico prototipo- para que pudiera estar a la altura de los más veloces de la categoría. Siempre sobre el auto en sí, nunca en el motor. Ruesch explica este método contrario a lo que normalmente se ve en el Turismo de Carretera.
"Yo quiero hacer un buen automóvil de carreras. Es por eso que con éste aprenderé experimentando todo lo que se me ocurra. El motor, por ahora, no me interesa. Una vez que logre hacer buenos tiempos con lo que gané en la estructura, suspensiones y carrocería, me dedicaré a conseguir más potencia."
Hay claridad en el pensamiento de este vanguardista que optó por empezar al revés de todos. De ahí quizás su admiración por Brabham y Gurney, pilotos que diseñan y a la vez conducen sus propios automóviles y después que el auto sale bueno le tiran encima un motor que camine. ¿Será por eso que Ruesch siempre dice que él hizo un Gran Turismo para correr en TC y así ofuscar a "Don Charlie"?
El nuevo techo que Ruesch ha aplicado
a su automóvil (insistimos: obligado por la ACTC) es prácticamente del sistema de quita y pon. "Cuando haya una carrera como la de El Pinar se lo saco y para correr acá en TC se lo dejo."
Los proyectos de Ruesch son vastos y prolíficos. Habrá, tal vez, un Numa II para una posible Temporada de Sport Prototipos y habrá un proyecto totalmente nuevo para la nueva categoría que surgirá dentro de un par de años.
En la última carrera del autódromo de Buenos Aires, Carlos Ruesch (acompañado en la oportunidad por nuestro colega cordobés Luisito Oyola) demostró que el aparato raro camina cada vez mejor y que su estructura está cumpliendo paso a paso con los deseos de su propietario - piloto.
Cuando conversamos con Ruesch nos dejó entrever que estaba muy contento con lo realizado con el auto y por nuestra cuenta y riesgo podemos casi casi afirmar que el Numa I entrará por la variante de potenciar su unidad motriz. Ahora que está estructuralmente capacitado para andar bien, lo único que le hace falta es un motor "polenta-polenta".
Por un momento en Córdoba se había corrido la voz de que Ruesch cambiaría de motor porque IKA - Renault no le daba el suficiente apoyo técnico - logístico. Podría ser que ahora el asunto ha cambiado, pues el próximo motor parecería ser también un Torino.
Muchos se preguntan: este automóvil tan bajo, aparentemente tan frágil, ¿podrá correr en ruta? No sólo podrá sino que ya lo hizo en la competencia disputada en Paraná, demostrando que está realizado en base a cánones lógicos, siempre y cuando la ruta donde corra no tenga lomos de burro, badenes, guadales o huellones.
Una cosa es hablar de autos que puedan correr en ruta y otra muy distinta es hacerlo de autos que puedan correr carreras "tout terrain" como fueron hasta hace poco tiempo nuestras "clásicas carreras de teshé".
El Numa I tiene futuro, porque está construido con proyección hacia mejores fórmulas y posibilidades. Básicamente es un automóvil ideal para la pista, pero si hay que correr en ruta, Ruesch no le tiene miedo. Por Jorge A. Auge Bacque
.
|