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Fórmula 1 - Gran Premio de Canadá de 1979

 

... y Zunino se subió al Brabham Cosworth.
Viernes 28 de septiembre de 1979:

Era su día, cuando menos se lo imaginaba

 

Revista Corsa Nro 696. Octubre de 1979

 

Fórmula 1 - Gran Premio de Canadá de 1979

Como siempre, aprovechando un fin de semana inactivo, Ricardo Zunino había llegado a Montreal acompañando a Bernie Ecclestone. Sorpresivamente, Niki Lauda, tras dar algunas vueltas en la primera sesión, decidió abandonar el circuito intempestivamente y viajar á New York. Así, Zunino, con el casco y el mameluco del austriaco salió a dar algunas vueltas en el BT-49. Pero no fue ni tan simple, ni tan fácil. Hubo momentos de tensión y suspenso Zunino no estaba en el circuito cuando Ecclestone lo buscaba desesperadamente. Lo hizo llamar por los parlantes y cuando Rupert Keegan merodeaba el box de Brabham -esperando que Zunino no apareciera- el sanjuanino llegó a los garajes. Así sucedió, paso a paso

Así pasan las cosas tantas veces. Impensadamente, cuando nadie se lo espera y como un golpe de fortuna que favorece al hombre de suerte, en momentos que diez minutos más o menos, podían significar que Zunino no hubiera subido al Brabham - Cosworth en el circuito de Montreal.
Como en tantas otras carreras de Fórmula Uno del año, Ricardo Zunino había llegado como simple espectador invitado por Bernie Ecclestone para compartir, aunque sea de civil, la vida interna del equipo Brabham. Así, mientras se desarrollaba la primera práctica del viernes, entre los recovecos de la isla Notre Dame, Zunino se paseaba por el box de Brabham con el semblante sereno pero con una incógnita angustiante que lo carcomía justificadamente desde hace meses: ¿se iría finalmente Lauda de Brabham como se decía hace tiempo y podría concretar con Ecclestone el acuerdo prometido también desde hace tiempo?. Escéptico, pocos minutos antes de iniciarse esa sesión matutina del viernes, Zunino le confiaba a Corsa que: "Aparentemente Lauda se queda en Brabham". Lo cual implicaba obviamente que Zunino debía esperar aún la confirmación de otra plaza en otro equipo. Y entretanto, Zunino seguía pensando en la carrera que tendría que correr el próximo fin de semana en Silverstone con el Arrows de Fórmula Uno Aurora. "El jueves ya tengo que estar en Inglaterra -nos decía entonces- así que me quedo tres días en Nueva York después de esta carrera y vuelvo a Londres. La única macana es que en el apuro, al salir de Inglaterra, no tuve tiempo de hacer visar el pasaporte en el consulado norteamericano, así que lo tengo que hacer ahora mismo en el centro en Montreal porque mañana ya es sábado y el consulado local debe estar cerrado". ¿Vas a ir ahora entonces?.

"Sí, mejor me voy ya mismo para no perder tiempo. Total, calculo que en una hora estará todo listo". Y allí partió Zunino del circuito rumbo a la cercana estación de subte, que resulta el mejor medio de transporte para cruzar de la isla Notre Dame hacia el centro de la ciudad de Montreal.

Fórmula 1 - Gran Premio de Canadá de 1979
Zunino en sus primeras vueltas del viernes se va al pasto en una de las chicanas, cuando estaba reconociendo el circuito y midiendo los lugares claves

La sorpresa estaba a la vuelta

A las doce y treinta, como siempre, debía comenzar la segunda práctica del día y la primera válida para la grilla de partida. Pero como el programa estaba ligeramente atrasado desde la mañana,
se decidió que la sesión comenzaría recién a las trece, para cerrar por lo tanto la jornada a las dos y media de la tarde.
Nadie debe agradecer tanto esa casualidad como Ricardo Zunino.
Los coches ya giraban en la pista. Villeneuve y Alan Jones producían los primeros asombros del fin de semana con sus tiempos, y en el box Brabham Niki Lauda permanecía en boxes con una inesperada complicación: un malestar estomacal tan molesto que fue suficiente como para que el austriaco decidiera abandonar la butaca de su auto y volverse al hotel.
Ante la eventualidad, un momento de incertidumbre en el box Brabham y de inmediato Bernie Ecclestone apeló a una solución de emergencia: "Que suba Ricardo". Todas las miradas lo buscaron por los alrededores, pero Zunino no estaba. Alguien le informó a Ecclestone que todavía no había vuelto del consulado americano y el inefable Bernie produjo de inmediato uno de sus habituales golpes de escena: lo hizo llamar a Zunino por los parlantes del circuito para que se presentara lo antes posible en el box de Brabham. Ajeno a todo, el sanjuanino volvía tranquilamente hacia el circuito sin imaginarse lo que estaba pasando y mientras tanto otro personaje de la curiosa historia sufría lo indecible frente al box de Brabham. Era Rupert Keegan. el compañero de Zunino en el equipo de Fórmula Aurora, que también merodeaba por los boxes de Montreal para mostrar su interés por ocupar algún puesto en la Fórmula Uno de 1980. Al ver que Zunino no llegaba, Keegan vislumbró la increíble posibilidad de resultar elegido -aunque fuera por casualidad- para reemplazar a Niki Lauda. Pero Ecclestone prefirió esperar un tiempo prudencial. y de pronto apareció en el box Ricardo Zunino ya advertido de la situación y con la ansiedad que era previsible en un caso como éste. Mientras Keegan evidenciaba en la cara su decepción, Zunino se calzaba apresuradamente toda la ropa de corredor de Niki Lauda, que por suerte no le quedaba muy despareja, y subía por fin al Brabham Ford ante un enorme revuelo de los periodistas que habían convergido al box de Brabham. Entre ellos, varios periodistas extranjeros que parecían dudar en la autenticidad de todo el operativo, y que pensaban que todo estaba muy bien preparado por Ecclestone. Pero se convencieron de inmediato, al saber que efectivamente Zunino estaba en el centro de Montreal por un trámite y que por pocos minutos pudo perder la gran oportunidad de su vida.

Fórmula 1 - Gran Premio de Canadá de 1979

Faltaban entonces veinte minutos y Zunino salió a la pista. Despacio, desde luego, conociendo por primera vez un nuevo auto en el peor circuito de todo el año, como para tomar contacto con un coche nuevo y probando, de todos modos, hacia el final, alguna frenada exigida como para saber a que atenerse en las pruebas del día siguiente.
Cuando finalmente terminó la práctica, todo el mundo se abalanzó para conocer sus primeras opiniones y entre ellos -en un gesto de los que merecen ser destacados- el propio Carlos Reutemann, que se abrazó con el colorado en el interior del box de Brabham.
Con una sonrisa muy auténtica -y Reutemann no es justamente de los que falsean sus expresiones faciales- el santafesino mostraba su alegría por el debut del Colorado. "¿Sabés lo que significa debutar en estas condiciones?. El Colorado está contentísimo y si me hubiera pasado a mí, creo que estaría loco de la vida. Ahora no tiene que pensar más en nada. Tiene que irse a dormir con todas las sensaciones que lleva encima y mañana recién analizarlo con más tranquilidad. Qué momento inigualable para el Colorado". Y Reutemann se volvió a su box para seguir con el trabajo de siempre después de haber conseguido, por su parte, un tiempo de gran valor sobre el viejo Lotus 79.
Para Zunino, en cambio, en esa media hora se había definido quizá todo su futuro. No sólo se le presentaba la inesperada posibilidad de debutar en Fórmula Uno, sino que, por otro lado, comenzaba a circular de inmediato una versión fundamental y con sólidas bases: que Niki Lauda no sólo dejaba la butaca por esta carrera, sino que se retira definitivamente del automovilismo. Lo cual aclara todo el confuso panorama en el equipo Brabham y comienza a definir el rompecabezas final sobre lo que será la Fórmula Uno en 1980.
¿Y si Zunino hubiera llegado diez minutos más tarde?. Inútil preguntarlo. Era su gran día y la cita lo esperaba aunque él todavía no lo supiera.

Germán Sopeña

Fórmula 1 - Gran Premio de Canadá de 1979


Carlos Reutemann se acercó a felicitar a Ricardo Zunino (foto El Gráfico)

Zunino: Cuando la Fórmula 1 le abrió sus puertas ...

Uno llega a Estados Unidos, se baja del avión, procura alquilar el auto más chico posible por hábito personal y por lo de la crisis energética y lo más chico que se ofrece es un Dodge Aspen "compacto", de apenas cinco metros y medio, cambio automático, dirección hidráulica y suspensión a lo flan. Pues bien, en ese auto, el viernes a la noche, Ricardo Zunino recorría, junto a quien firma, los recovecos del circuito de Montreal tratando de memorizar, lo que apenas había visto horas antes en diez vueltas con el Brabham de Fórmula Uno que a la mañana manejaba Niki Lauda.
"Ni siquiera sabía para dónde había que doblar cuando salí a la pista por primera vez" confesaba entonces el "Colorado" mientras pasábamos una y otra vez por las chicanas y retomes, tratando de discernir lo que habría que hacer al día siguiente sobre el auto de carrera. Esa frase de Zunino era apenas una más de una larga serie de relatos anecdóticos que rodearon a su imprevisto y brillante debut en Fórmula Uno. Pero lo más notable fue seguramente su corto diálogo con Bernie Ecclestone, cuando Zunino llegó al autódromo el viernes a mediodía sin saber que el box Brabham lo buscaba desesperadamente para cubrir la vacante creada por Niki Lauda. Despreocupadamente, Zunino se acercó como siempre hasta el box Brabham y allí vió que un mecánico lo miraba con cara casi de asombro. -¿Qué pasa?-. Fue la lógica reacción del "Colorado". "Andá, que te busca urgente Bernie". Zunino llegó de inmediato hacia el dinámico Ecclestone para preguntarle qué necesitaba. "Que manejes este auto" -indicó imperiosamente Bernie, señalando al vacío Brabham número 5. "Aunque pensándolo bien -prosiguió Ecclestone- Apenas quedan 30 minutos para el fin de la práctica. No sé si valdrá la pena ..." Zunino tragó saliva y respondió de inmediato. "Sí, sí, queda tiempo, bastante tiempo." Y ya estaba buscando desesperadamente un buzo y un casco para poder sentarse en el Brabham. Todo era improvisado. Las botas de Niki Lauda eran dos números más grandes que las de Zunino y el taco y punta eran una maniobra casi imposible. El casco le bailaba, la butaca era demasiado vertical. Pero Zunino hizo su trabajo y cuando terminó la práctica del viernes, en tres horas los mecánicos terminaron por adecuar elementalmente el auto a los requerimientos del "Colorado".
El sábado ya era otra cosa y Zunino obtuvo en seguida tiempos muy relevantes en la prueba no cronometrada de la mañana. Esos mismos tiempos los repitió el sábado a la tarde con gomas más bien duras, como para asegurarse un lugar en la grilla, ya que varios quedaban afuera y hacia el final de la práctica le calzaron un juego de gomas para clasificar. Pero ya no se podía intentar mucho más porque la pista se había cubierto de aceite, y de hecho casi nadie bajaba un solo tiempo más. Pero lo de Zunino había sido suficiente y se confirmó rotundamente el domingo con una carrera de gran factura.
El debut previsto para 1980 se adelantó en Canadá y Ricardo Zunino supo aprovechar la oportunidad sin desperdicio.

GERMAN SOPEÑA (Desde Montreal)

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Fórmula 1 - Gran Premio de Canadá de 1979

Fórmula 1 - Gran Premio de Canadá de 1979
Dentro de un ambiente convulsionado por el repentino alejamiento de Lauda, Zunino se dirije hacia el Brabham número 5 en medio de muchos periodistas que se acercaron a él. Atrás se ve a Nelson Piquet, el otro integrante del equipo

La carrera de Ricardo Zunino

Hay que calificarlo de entrada: fue un debut con todos los honores. Sin duda porque fue inesperado, porque apenas pudo andar veinte minutos el día viernes, y el auto no estaba adecuado para su físico, lo cual constituyó una serie de handicaps nada despreciables. Pero si ese primer paso en Fórmula Uno será bien recordado, lo será porque, con o sin esos inconvenientes, Zunino logró clasificar decorosamente el día sábado, se recuperó prontamente de una pérdida de tiempo por un toque con Daly en la primera vuelta, y llevó luego a cabo una carrera de agresividad y ataque, en un pelotón que fue el más duro de la carrera, y donde Zunino pasó sucesivamente a Tambay, Watson y Patrese para seguir subiendo hacia un final que indudablemente lo hubiera recompensado con un consagratorio punto, si no se hubiera detenido en boxes por la rotura de un simple tornillo del varillaje de la caja, que debió ser reparado con la consiguiente pérdida de cuatro vueltas. Cuando Zunino se bajó del auto al cabo del Gran Premio de Canadá, la felicitación inmediata de Alistair Caldwell fue el mejor síntoma de la impresión que había causado su primera carrera en la auténtica Fórmula Uno. Esa es la impresión que valdrá más que cualquiera otra opinión, y Zunino se encuentra así, un poco por obra de la casualidad de la decisión de Niki Lauda, inmejorablemente ubicado frente a 1980, como piloto de un auto que ya se inscribe entre los mejores de la Fórmula Uno.
Feliz y merecida culminación de tres años de campañas europeas, que Zunino cumplió con la seriedad y la dedicación que se le reconocen, y en las cuales no es casual encontrar un gran parentesco con la trayectoria cumplida años antes por Carlos Reutemann. Ese es el único camino y Zunino lo aprendió muy bien hasta llegar a esta fecha, que para él fué histórica.
Dentro de siete días, Watkins Glen. Pero aunque nadie desprecie esa próxima carrera todas las mentes ya están puestas en Buenos Aires 1980.

Fórmula 1 - Gran Premio de Canadá de 1979
El argentino terminando de vestirse en uno de los boxes. Como no tenía buzo, durante el fin de semana utilizó la indumentaria completa de Niki Lauda


Foto El Gráfico

Orden de partida

 

Alan Jones
Williams FW07Cosworth
1m29s892
a 176.208 km/h

Gilles Villeneuve
Ferrari 312 T4B
1m30s554

Clay Regazzoni
Williams FW07 Cosworth
1m30s768

Nelson Piquet
Brabham BT49 Coswort
1m30s775

Jacques Laffite
Ligier JS11 Cosworth
1m30s820

Didier Pironi
Ligier JS11 Cosworth
1m31s941

Jean Pierre Jabouille
Renault RS11 Turbo
1m32s103

Rene Arnoux
Renault RS11 Turbo
1m32s116

Jody Scheckter
Ferrari 312 T4B
1m32s280

Mario Andretti
Lotus 79 Cosworth
1m32s651

Carlos Reutemann
Lotus 79 Cosworth
1m32s682

Hans Stuck
ATS D3 Cosworth
1m32s858

Jean Pierre Jarier
Tyrrell 009 Cosworth
1m33s065

Riccardo Patrese
Arrows A1 Cosworth
1m33s090

Emerson Fittipaldi
Copersucar F6 Cosworth
1m33s297

Jacky Ickx
Ligier JS11 Cosworth
1m33s355

John Watson
McLaren M29 Cosworth
1m33s362

Vittorio Brambilla
Alfa Romeo 179
1m33s378

Ricardo Zunino
Brabham BT49 Cosworth
1m33s511

Patrick Tambay
McLaren M29 Cosworth
1m33s603

Jan Lammers
Shadow DN9B Cosworth
1m34s102
Héctor Rebaque
Rebaque HR100/01 Cosworth
1m34s129
Elio de Angelis
Shadow DN9B Cosworth
1m34s256
Derek Daly
Tyrrell 009 Cosworth
1m34s301
Suplentes
Jochen Mass
Arrows A1 Cosworth
1m34s365
Marc Surer
Ensign N179 Cosworth
1m34s747
Keijo Rosberg
Wolf WR9 Cosworth
1m35s061
Alex Dias Ribeiro
Copersucar F6 Cosworth
1m36s901

Gran Premio de Canadá de 1979

Circuito Ile de Notre Dame. 4.400 metros
72 vueltas. 316.800 Km
30 de Septiembre de 1979

Clasificación final

1

Alan
Jones

Williams FW07 Cosworth

1h52m06s892

72v

2

Gilles
Villeneuve

Ferrari 312 T4B

1h52m07s972

72v

3

Clay
Regazzoni

Williams FW07 Cosworth

1h53m20s548

72v

4

Jody
Scheckter

Ferrari 312 T4B

1h52m32s309

72v

5

Didier
Pironi

Tyrrell 009 Cosworth

 

71v

6

John
Watson

McLaren M29 Cosworth

 

71v

7

Ricardo
Zunino

Brabham BT49 Cosworth

 

70v

8

Emerson
Fittipaldi

Copersucar F6 Cosworth

 

68v

9

Jan
Lammers

Shadow DN9B Cosworth

 

67v

10

Mario Andretti

Lotus 79 Cosworth

 

66v

Promedio del ganador. 167.799 km/h
Record de vuelta. Alan Jones en 1m31s272 a un promedio de 169.536 Km/h

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Paso a paso con Norberto Fontana en su primer Grand Prix de F.1
Gran Premio de Francia 1997
Revista Corsa Nro 1613. Junio de 1997

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Historia de hombres y máquinas

Por Gustavo Ernesto Lopez

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