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Road test de autos argentinos

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Temporada 1981 de laFórmula 1
Fecha 14: Gran Premio de Canadá

A Laffite, el agua le devolvió la vida

Revista Corsa Nro 800. Octubre de 1981

 

Gran Premio de Canadá de 1981
Jaques Laffite acaba de superar a John Watson, sumergido en el spray del Ligier, alcanzando un puesto que luego se convertiría en la punta de la carrera. Los dos veteranos de la F-1 no cometieron errores en Montreal y subieron a los dos escalones más altos del podio

De los cinco pilotos que antes de Canadá tenían posibilidades matemáticas de acceder al título aún, Laffite era el más distante. Sin embargo, después de una polémica largada se atrasó casi dos horas y finalmente se disputó bajo la lluvia, la mayor efectividad de sus gomas lo proyectaron hacia su segundo triunfo del año, siendo el único que todavía puede terciar en la lucha por el campeonato, que parecía reservado a Reutemann y Piquet. Watson y un espectacular Villeneuve completaron un podio inesperado, mientras Jones y Prost ya perdieron toda chance

¿Se acuerdan de Brasil, el famoso día del cartel Jones - Reut?. Allí también llovía, el cielo estaba totalmente cubierto sin perspectivas de una mejoría durante el resto del día y el GP de Fórmula 1 se encaminaba así a una definición totalmente bajo el agua.

Como para acentuar todavía más la semejanza, Piquet y Reutemann también largaban en primera fila ese día en Río de Janeiro y como para aumentar aún más la sensación de una posible repetición del resultado, Reutemann largó impecablemente adelantándose a Piquet y ganando la punta al entrar a la primera curva. Lástima que allí terminaron todos los parecidos.

La ilusión duró apenas 600 metros porque desde que el Williams número dos recorrió la primera curva se hizo bien claro que el resto del pelotón terminaría por pasarle literalmente por encima debido a una sola y precisa diferencia: en Río de Janeiro el Williams estaba calzado con Michelín radiales, mientras que en Montreal llevaba las Goodyear convencionales,luego del retorno americano a mitad de año.

Gran Premio de Canadá de 1981
La diferencia entre los autos calzados con Michelín y el Williams de Reutemann ejemplificada en la foto donde Jaques Laffite le acaba de sacar dos vueltas al argentino


Nelson Piquet el mejor tiempo el viernes

Nunca tuvo tanta importancia la diferencia de poseer una u otra goma y el GP de Canadá fue por lo tanto, antes de cualquier otra cosa, un triunfo total y absoluto de las cubiertas radiales.

No hay por qué desmerecer el triunfo de Laffite, ni el segundo puesto de Watson, el tercero de Villeneuve o el cuarto de Giacomelli. Pero viendo simplemente cómo circulaban esos autos en la pista en comparación a los chasis que usaban gomas convencionales, era como asistir a dos carreras totalmente diferentes. Laffite o Watson, aunque el piso estuviera inundado, daban toda la sensación de estar participando de una carrera.

Frenaban cerca de las curvas, doblaban lógicamente con la acrobacia que exige el piso mojado y luego aceleraban en forma normal transmitiendo razonablemente la potencia al piso.

La gran diferencia con las gomas convencionales estaba por lo tanto en el momento de frenar y en el momento de acelerar más que en la velocidad en curva propiamente dicha,lo cual terminaba de demostrar que había un mundo de diferencia entre la adherencia que brindaban las gomas radiales y la que a duras penas obtenían las convencionales.

Gran Premio de Canadá de 1981
Elio de Angelis, la revelación el día viernes

Se puede argumentar tímidamente que Nelson Piquet llegó quinto a una vuelta andando mejor que los Williams. Lo cual fue cierto. Sobre el mismo tipo de gomas, el Brabham era más apto que los Williams mientras que sus archirrivales sufrían el peor momento del año sumergidos en el fondo de la carrera, después de haber iniciado el GP como primero y segundo,ya que Alan Jones también había superado la línea de Piquet en la largada.

Pero aunque el Brabham obtuvo dos puntos de gran valor -y hay que destacar la cuidadosa conducción de Piquet de principio al fin- también hay que señalar que la implacable lluvia del domingo en Canadá arruinó totalmente lo que podía ser una gran batalla por el campeonato, ya que en condiciones normales el Brabham de Piquet y el Williams de Reutemann eran los superfavoritos para discutir la punta.

Parece que el suspenso se ha adueñado definitivamente de la Fórmula Uno en 1981 y que por lo tanto Canadá apenas sirvió para aumentar la incertidumbre entre Reutemann y Piquet sumándose para colmo Jacques Laffite a la lucha con un auto que de ninguna manera puede despreciarse como repetido ganador.

Como para hacer mejor las cosas aún, en Las Vegas al menos no puede llover jamás y entonces, con todas las cartas en la mano y con pista normal, los tres aspirantes saldrán al ruedo totalmente librados a sus propias virtudes de conducción.

Montreal, lluvioso y problemático, no fue más que un plato previo para el gran final de campeonato que se montó un poco por casualidad en 1981.

Gran Premio de Canadá de 1981

Un sainete previo

Lo triste de la situación es que si bien el desarrollo del campeonato ha producido este año una expectativa jamás igualada, las discusiones y la demora sufrida en Montreal por un problema de contratos, borra con su mala impresión todo lo que deportivamente se discute con tanto esfuerzo en la pista.

Durante más de tres horas, la Fórmula Uno estaba inmovilizada en los boxes de Montreal porque la FOCA había descubierto una cláusula discutible en el seguro contratado por la organización de la carrera y mientras el público del circuito y de todo el mundo (vía TV) esperaba en vano una mínima explicación sobre la demora, los mismos corredores y mecánicos no sabían tampoco qué hacer frente a un nuevo episodio en los cuales crece la figura de Ecclestone, decrece simétricamente la de Balestre pero sufre globalmente la actividad porque una vez más la Fórmula Uno no parece una cosa seria.

No pudo haber por lo tanto la habitual Prueba de Tanques Llenos de la mañana del domingo y apenas se realizó una sesión restringida de pruebas justo cuando por otro lado comenzaba a llover sin cesar para arruinar todo el esquema de una carrera que hasta ese momento prometía mucho.

Finalmente se largó una hora y veinte más tarde de lo previsto (sea como fuere, se hubiera corrido de todos modos bajo la lluvia), nadie supo muy bien qué eran esos papeles que Bernie Ecclestone hacía firmar a la disparada a pilotos y mecánicos antes de largar y la sensación general imperante era la de un nuevo acuerdo de último momento obtenido con tal de largar a cualquier precio y rogando que no pasara nada en la carrera, para que luego no se complicaran más las cosas.

No hubo más complicaciones. Pero la Fórmula Uno en general dio nuevamente que hablar por factores totalmente externos a lo que debía suceder en la pista.

Gran Premio de Canadá de 1981
Largada en Notre Dame, Reutemann pica en punta, pero la esperanza se diluiría antes de la primera curva en los charcos del circuito canadiense

Gran Premio de Canadá de 1981
Cuando punteaba Alain Prost, seguido por Watson. Después llegaría Laffite y superaría a los dos, accediendo a una victoria fundamental para sus pretensiones de campeón

Un sainete previo

Fuera de esos problemas palaciegos, todo fue muy interesante en Montreal durante los días de pruebas por el despliegue técnico desarrollado especialmente por Williams y Brabham y por las exigencias de un circuito que es de los más duros para los autos y pilotos. Bastaba con ver a los autos en acción en las sinuosidades de la isla Notre Dame para comprender lo que significa manejar esos monstruosos aparatos capaces de trasmitir más de 500 caballos de fuerza al piso en curvas donde ya es difícil tratar de doblar rápido con un modesto auto de calle de setenta caballos.

Lo más importante desde el punto de vista técnico era sin duda el rebote de las suspensiones actuales de los autos sobre cada uno de los mínimos desniveles del piso. Una excelente filmación de la TV canadiense mostraba el viernes en cámara lenta los movimientos indóciles de la Ferrari de Villeneuve en uno de los sectores más difíciles y las gomas iban doblando de a saltos, perdiendo y retomando contacto con el piso, provocando así un movimiento electrizante del auto que parecía destinado a despegar en cualquier momento.

En esas condiciones cada vez más duras para estar arriba de un Fórmula Uno, tanto Williams como Brabham eran nuevamente los dominadores, mientras que otros chasis eficaces como el Ligier o el McLaren se veían ligeramente postergados por el hecho de no poseer gomas radiales comparables a las Goodyear de clasificación.

"Pero nosotros tenemos dos ases en la manga para la carrera -dijo proféticamente Blanchet de Michelín y se llaman Laffite y Watson". Lo dijo el domingo a las once de la mañana, cuando aún no se sabia si llovería en la carrera y sin agregar que en caso de lluvia las Michelín pasaban a ser favoritas obligadas.

Gran Premio de Canadá de 1981
El Brabham de Piquet; las Goodyear le cayeron mejor que a los Williams y el brasileño arrimó ...

Gran Premio de Canadá de 1981
El show de Villeneuve fue más impactante que nunca en su propio país. Aquí lo vemos con la trompa remachada contra los neumáticos traseros de De Angelis primero y Daly después

Poco antes de la carrera alguien se acercó por su lado a Carlos Reutemann para preguntarle si prefería correr con lluvia o con piso seco.

"No sabemos nada sobre lo que puede pasar con lluvia. Nunca llovió en clasificación y no hemos podido probar ni una vez en esas condiciones. No sé qué puede pasar".

Hasta ese momento, la preocupación de Reutemann residía más bien en elegir su auto para la carrera pese a que la decisión ya había sido tomada por el equipo. "Ellos decidieron que hay que correr con el chasis 17, yo no dije nada" -explica Reutemann-, que durante viernes y sábado había hecho sus mejores tiempos con el viejo chasis 012.

Pero las diferencias eran mínimas y con criterio lógico Frank Williams prefería correr con el Chasis 017, más nuevo, y que por lo tanto corría menos riesgos de una rotura mecánica de las que son posibles en circuitos donde lo que más sufre son los frenos, las transmisiones y las suspensiones.

Allí se montó entonces el motor Cosworth 310 para la carrera (el mismo que Reutemann tenía colocado el comentado domingo de Alemania y que se rompió en la Prueba de Tanques Llenos) mientras simbólicamente el equipo Williams brindaba una atención esmerada como nunca a los dos autos de Reutemann contrastando con un Alan Jones casi dejado de lado y que estaba tranquilamente sentado en el interior del box, lejos de las charlas que mantenían a algunos metros Williams, Reutemann y Head. Un simple símbolo, pero que tenía un fondo de realidad.

Al ponerse la bandera verde de todos modos, Alan Jones y Carlos Reutemann salieron casi juntos como dispuestos a dominar olímpicamente la situación. El australiano emparejó la línea de Reutemann en la segunda curva del circuito y tomó la punta que mantendría por muy poco tiempo asediado por Nelson Piquet, Prost, De Angelis, Laffite, Villeneuve, De Angelis y Watson,que rápidamente fueron superando a un Reutemann que parecía haber partido sobre gomas lisas en lugar de gomas de lluvia.

Rápidamente se precipitó la situación a favor de los autos equipados con gomas radiales y en cuestión de pocas vueltas sucesivas Alain Prost y Jacques Laffite avanzaron inconteniblemente hacia la punta mientras Carlos Reutemann sufría uno de los retrocesos más frustrantes de su carrera al pasar de primero a decimonoveno en la vuelta sexta.

También Alan Jones perdía posiciones en forma alarmante, mientras que para desazón del equipo Williams, Nelson Piquet conservaba con decoro una posición de expectativa aunque ya lejos dé la punta que había pasado a ser un tema exclusivamente francés, limitado a Prost y Laffite que lo seguía muy cerca, esperando su momento.

Gran Premio de Canadá de 1981
Salida de la primera curva tras la largada, y Jones empareja la línea de Reutemann. De esta forma, el australiano ganaba la cuerda de la curva siguiente; a la derecha, alcanzando la punta

Una vez organizada más o menos la carrera de acuerdo con lo que cada auto podía hacer en la lluvia, el GP de Canadá fue la clásica carrera sobre piso mojado. O sea,con mucha diferencia entre los autos que van bien y los que no, con muchos incidentes y salidas de pista que van diezmando las filas y con una cuota de espectacularidad en el control de los autos que se ven en aprietos, donde para ser fiel a su estilo Gilles Villeneuve se ganó nuevamente los aplausos del público por pelear hasta la última vuelta con un auto cuyo motor anduvo siempre mal y tras haber sufrido la rotura de su alerón en un toque con Elio De Angelis que lo hizo circular durante la mayor parte de la carrera con la Ferrari totalmente abollada.

"Como siempre, Daly no miraba en los espejos -fue luego la explicación de Gilles- y cuando estaba por pasarlo sacándole una vuelta hizo una maniobra que no me dejó lugar y lo toqué a Elio De Angelis rompiendo el alerón. Seguí así porque no había gran diferencia en la tenida, pero me temía que al final lo iba a perder por completo. Cuando por fin se dobló del todo y voló por el aire el auto perdió todavía más adherencia, pero ya faltaba poco para terminar."

Durante largas vueltas además, Gilles Villeneuve había sufrido un durísimo asedio de John Watson que estaba en uno de sus grandes días, agresivo y sin errores. Y mientras tanto Jacques Laffite lo habla pasado a Prost,que no estaba tan cómodo sobre el agua como los autos con motores convencionales aspirados.

El Ligier Matra sonaba a la perfección y apoyándose mejor que ningún otro sobre el piso mojado, sin dejar absolutamente ninguna duda que seria el ganador de la carrera si Laffite no cometía algún desliz inoportuno. El error en cambio lo cometió Prost que se comió directamente en la frenada de la horquilla a Nigel Mansell arruinando la carrera de ambos y dejándole como regalo un puesto más avanzado a Nelson Piquet que marchaba tranquilo detrás, después de haber perdido una larga batalla frente a Bruno Giacomelli, también fortísimo sobre su Alfa Romeo doce cilindros.

Las condiciones de la pista eran realmente las más apropiadas para exprimir la ventaja de potencia y elasticidad de los motores V12 (Matra y Alfa Romeo) y tanto Laffite como Giacomelli eran quienes mejor impresionaban al recorrer cada curva.

Gran Premio de Canadá de 1981
Los Lotus anduvieron muy rápido en clasificación. En carrera, De Angelis luchó con un auto ingobernable y manoteó un puntito

Lástima que no podía decirse lo mismo de los Williams, que parecían pertenecer a otra categoría. Alan Jones, luego de hacer un trompo espectacular, había parado en boxes quejándose que el auto era inmanejable y al enterarse que Reutemann había utilizado un tipo de gomas para lluvia con estrías diferentes en el tren trasero pidió que le colocaran esa combinación (estrías normales adelante y estrías en V atrás) para volver a salir a la pista.

Volvió sin embargo más tarde diciendo que el auto era igualmente un desastre y "no comprendo cómo Reutemann puede seguir andando en esa forma".

El australiano abandonó el circuito pensando que a una sola carrera del retiro definitivo no valía realmente la pena seguir circulando allá por el fondo muy lejos de su aspiración de ganar y quedando totalmente descartado de la lucha por el campeonato.

El único que todavía espera arruinar el final entre Reutemann y Piquet es ahora Jacques Laffite. Pero en condiciones normales el titulo tiene que quedar en manos del argentino o el brasileño y la gran definición será no más en Las Vegas como ellos mismos lo venían suponiendo aun antes de la carrera canadiense.

Separados por un solo punto de enorme importancia -en efecto, también puede pasar que Reutemann y Piquet abandonen en Las Vegas- los dos rivales de todo el año tienen ahora tres semanas finales para el gran encuentro. Elegir un favorito es prácticamente imposible. Sólo el punto de ventaja a favor de Reutemann le da una tranquilidad adicional que no tendrá Piquet.

¿Pero quién de los dos podrá estar tranquilo desde ahora hasta Las Vegas? El único consuelo es que en Las Vegas no lloverá. Lo cual ya es mucho.

Por Germán Sopeña y Oscar Fittipaldi
Fotos Antonio Capria, G.S. y G.F. (Enviado especiales a Montreal). Radiofotos AP

Gran Premio de Canadá de 1981
Todo el potencial de Williams en los boxes canadienses. Dos autos titulares y dos muletos para cubrirse ante cualquier emergencia. Hasta antes de largar, Reutemann estuvo en la duda ...

Patio de boxes

ALERONES NEGROS: El Renault de Alain Prost se destacaba netamente del auto de Rene Arnoux por el color de sus alerones delantero y trasero, un negro opaco que contrastaba con el color metálico de los alerones habituales. La diferencia estaba también en el material utilizado ya que para ganar peso no eran de aluminio sino de fibra de carbono, el elemento de moda que va imponiéndose poco a poco en la construcción de los autos de Fórmula Uno.

MULETTO INMOVIL: Durante los dos días de práctica, el equipo Brabham desplegó al costado del box Williams sus cuatro chasis. Pero a diferencia de éstos, donde los dos pilotos trabajaron sobre sus dos autos intensamente, uno de los muletto Brabham permanecía casi inmóvil sin que se subiera nadie, provocando no pocas preguntas en el desconfiado ambiente que prevalecía en Canadá. En realidad, el no empleo de ese chasis nuevo demostraba que en efecto Piquet gozaba casi del privilegio único de poseer tres autos listos para él solo.

Gran Premio de Canadá de 1981
Patética escena que ejemplifica las dificultades de Reutemann. Mientras Prost y De Angelis salen bien plantados por el medio de la pista, el argentino lo hace abierto "comiéndose" un terrible charco de agua

BALESTRE, HINCHA DE REUTEMANN: El día jueves, una breve conferencia de prensa del presidente de la FISA reunió también a los dos primeros del campeonato mundial y frente al micrófono, Jean Marie Balestre explicó que él veía personalmente como favorito a Carlos Reutemann. Durante los días de ensayos en varias ocasiones el presidente de la FISA se acercó a dialogar amablemente con Reutemann sin esconder su predilección por el triunfo final del argentino.

FELICES: Los responsables de Michelín -obvio- al término de la carrera. El sábado, Dupasquier había declarado, refiriéndose al magnífico tiempo obtenido por Prost en clasificación:

"No hay razón para sorprenderse. Yo siempre he dicho que en un buen auto y con un buen piloto, nuestras gomas tienen que andar bien en cualquier lado. ¿Qué pasa si mañana llueve? Hummm, no crean que tenemos tanta ventaja... llegado el caso, veremos...".

El domingo, luego de la carrera, imaginablemente radiantes, los hombres de la fábrica francesa saboreaban la "paliza" propinada a sus rivales.

"Y... para qué negarlo ahora, suponíamos que íbamos a sacar buenas diferencias en la lluvia, pero preferimos no precipitarnos hasta comprobarlo. Y efectivamente, se dio. Pero no sólo por la lluvia, eh? Tengan en cuenta que, en cualquier condición, este año llevamos ganadas 13 pruebas sobre 14...".

Lo único que se lamentaba en el recinto de Michelín era la magra performance de Reutemann y, más que nunca (pero sólo por el argentino) que Williams hubiera "cambiado de caballo en mitad del río".

. Gran Premio de Canadá de 1981

BRAVO: Si hubiera sido en el teatro era obligado el "bravo" para saludar la maniobra de Villeneuve en el momento que perdió el alerón delantero que estaba totalmente doblado por el toque con De Angelis. En la recta que lleva a la horquilla final, con la Ferrari lanzada, el alerón se desprendió súbitamente desbalanceando totalmente el auto.

La Ferrari se puso totalmente de costado sobre el piso mojado y Gilles logró pelear la situación con el volante hasta el final. Llegando a tiempo para frenar sin comerse la horquilla. Para colmo el motor andaba mal - "Tuvo intermitencias eléctricas desde el principio, seguramente por haberse mojado"-. Pero el impetuoso canadiense pudo llegar a su tercer puesto que le ganó otra vez un podio en su país.

PREMIO A LA COMBATIVIDAD: Todas esas demostraciones de Villeneuve fueron más que suficientes para que el jurado de periodistas lo designara acreedor al premio Walter Wolf a la combatividad en carrera. Con los votos obtenidos en Canadá, Villeneuve es el líder de ese singular torneo junto a Jacques Laffite.

LOS SUSTOS DE PIQUET: El brasileño obtuvo dos puntos de gran valor luego de una carrera muy difícil por culpa de sus gomas, pero también sufrió varios momentos incómodos en la lucha con los rivales. El primer malestar fue enterarse que Giacomelli lo habla pasado dejándolo quinto cuando en realidad Piquet creía que el italiano venia una vuelta atrás.

"Me extrañaba la forma en la que me atacaba Giacomelli y finalmente lo dejé pasar adelante para que no me hiciera correr el riesgo de un accidente. Pero en el box estaban confundidos y no me lo marcaban como si estuviera peleando el puesto y por eso no le ofrecí resistencia".

Varias vueltas más tarde, el McLaren de De Cesaris, evidentemente más veloz que el Brabham, ya lo estaba alcanzando a ojos vista pero el ataque del italiano fue demasiado arriesgado, lo cual provocó un toque entre los dos autos y el posterior abandono de De Cesaris. Piquet estaba indignado por la forma en que quiso pasarlo De Cesaris y lo acusaba directamente de temerario.

"Se lanzó encima mío sin medir ni el lugar ni la posibilidad de pasar. No me extraña que sea su noveno o décimo accidente del año."

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Gran Premio de Canadá de 1981
El podio lleno de euforia y champagne, con el ganador escoltado por Watson y Villeneuve

Gran Premio de Canadá de 1981
Se cumple la primera vuelta, y Jones ha logrado cierta ventaja sobre Piquet y Prost. Enseguida comenzaría el avance de la troupe Michelín, mandando a Jones al fondo del pelotón con Reutemann y a Piquet a los últimos puestos puntables

Reutemann después de la carrera: ni nervioso ni enojado, simplemente resignado
"Peor no podía andar, pero mejor tampoco"

Gran Premio de Canadá de 1981
Reutemann pensativo. Faltaba muy poco para comenzar el Grand Prix y el argentino parece estar analizando lo que más le convenía para la carrera. Después, el resultado no fue bueno

Sus problemas con las gomas, el porqué utilizó los dos autos en los momentos previos a la largada y todos los entretelones de su decepcionante carrera, contados por él mismo

Ni siquiera estaba nervioso o enojado. Había terminado la carrera sin haber sufrido ningún trompo, ningún despiste, ningún problema mecánico, pero había perdido tres vueltas respecto al puntero y su Williams parecía un auto de otra categoría, como si no fuera un Fórmula Uno. La diferencia del rendimiento había sido tan enorme que provocaba incluso la risa de un Reutemann asombrado de lo que había vivido poco antes en carrera.

"He corrido muchas veces bajo la lluvia, pero jamás me encontré con un auto tan imposible de manejar como hoy. Directamente no se podía pisar a fondo ni aun en plena recta, porque no pasaba la potencia al piso."

Esa preocupación había comenzado en las reducidas pruebas previas a la largada, cuando Reutemann advirtió que su auto no tenía la menor adherencia en ningún lado. Preocupado, se bajé, velozmente para subir al muletto y dar unas pocas vueltas probando un juego de gomas de lluvia con estrías en "V", similares a las que llevaba el Brabham de Piquet.

"En esas pocas vueltas que di sobre el muletto -explicaba también Reutemann- noté que el auto (era el chasis 012) estaba aún más subvirante que el otro. Por lo tanto, pensé que al menos estaba subvirante porque el tren trasero se adhería un poco mejor. Allí decidí entonces colocar una combinación en el auto para la carrera, poniendo las gomas en "V" en el tren trasero pero dejando las gomas de dibujo normal en el tren delantero. Pero el auto era lo mismo inmanejable. ¿Y Nelson Piquet qué auto usó al final?

- El chasis nuevo (15), con gomas de lluvia como las tuyas... -le contestamos, sobre lo que Reutemann no hizo ningún comentario.

Por su parte, Alan Jones largó muy bien, como Reutemann, y si bien se mantuvo puntero durante las primeras vueltas, fue a costa de correr riesgos demasiado grandes, como el violento trompo que protagonizó poco después y lo decidió a entrar en boxes para ensayar un cambio de neumáticos.

En realidad, luego Jones paró varias veces mas, y en una de esas detenciones calzó la "variante Reutemann", pero sin éxito; poco después paraba nuevamente explicando que el auto seguía siendo una calamidad. O sea que Jones, no podía mantenerse adelante, como no podrían estar allí tampoco Piquet o Reutemann.

Es cierto que el australiano igualmente estuvo más agresivo que sus dos grandes rivales en esos primeros momentos, pero también es cierto que ninguno de estos dos autos se fue afuera. En cuanto a cómo, de todos modos, Piquet anduvo más rápido que Reutemann, ello se debió simplemente a la diferencia que existe entre ambos chasis.

La polémica goma se adaptó un poco más al Brabham que al Williams. Eso fue todo.

- Yo llegué al final como pude -agregó Reutemann sobre el final de nuestra charla- pero en realidad el auto era increíble. La decisión de colocar esas gomas a último momento fue una simple jugada. Total, peor no podía andar. Pero mucho mejor tampoco..."

Y realmente, para él, el GP de Canadá no podía haber resultado peor.

Gran Premio de Canadá de 1981
Villeneuve, Giacomelli y De Angelis, peleando posiciones durante las primeras vueltas. Al final, serían tercero, cuarto y sexto respectivamente. El canadiense en espectacular trabajo

Gran Premio de Canadá de 1981
"Y ya lo ve, y ya lo ve, somos locales otra vez", cantaba la infaltable barra argentina. Y no era para menos, hasta en Canadá "Lole" sintió el aliento de su público

Gran Premio de Canadá de 1981
Canadá mostró esta variante para ubicar a los autos en la largada. Original por cierto y pintoresco, además de las chicas portadoras de los mismos

Gran Premio de Canadá de 1981
Cheever, Piquet y Tyrrell departiendo en un sector de boxes. A pesar de lo exigente de la F-1 actual, todavía "queda" tiempo para hacer sociales

Gran Premio de Canadá de 1981
Jack Villeneuve conversando con su hermano Gilles, antes de largarse la carrera. El menor de los canadienses debutó en F-1 justamente en su país

Gran Premio de Canadá de 1981
Ya ha pasado Jones cumpliendo la primera vuelta, y Piquet aparece segundo seguido por Reutemann. Finalmente, el brasileño terminaría quinto, quedando a un punto del argentino en el torneo

Orden de partida

Carlos Reutemann
Williams FW07C Cosworth
1m29s359

Nelson Piquet
Brabham BT49C Cosworth
1m29s211
a 175.539 Km/h

Alain Prost
Renault RE30 Turbo
1m29s908

Alan Jones
Williams FW07C Cosworth
1m29s728

Héctor Rebaque
Brabham BT49C Cosworth
1m30s182

NIgel Mansell
Lotus 87 Cosworth
1m29s997

René Arnoux
Renault RE30 Turbo
1m30s232

Elio de Angelis
Lotus 87 Cosworth
1m30s231

Jacques Laffite
Talbot Ligier JS17 Matra
1m30s705

John Watson
McLaren MP4 Cosworth
1m30s566

Didier Pironi
Ferrari 126 CK Turbo
1m31s350

Gilles Villeneuve
Ferrari 126CK Turbo
1m31s115

Eddie Cheever
Tyrrell 011 Cosworth
1m31s545

Andrea de Cesaris
McLaren MP4 Cosworth
1m31s507

Mario Andretti
Alfa Romeo 179
1m31s740

Bruno Giacomelli
Alfa Romeo 179
1m31s600

Riccardo Patrese
Arrows A3 Cosworth
1m31s969

Patrick Tambay
Talbot Ligier JS17 Matra
1m31s747

Derek Daly
March 811 Cosworth
1m32s305

Marc Surer
Theodore TY01 Cosworth
1m32s253

Michele Alboreto
Tyrrell 011 Cosworth
1m32s709

Slim Borgudd
ATS D5 Cosworth
1m32s652

Eliseo Salazar
Ensign MN180B Cosworth
1m33s848
Jean Pierre Jarier
Osella FA1B Cosworth
1m33s432

Gran Premio de Canadá de 1981
Ile de Notre Dame. Circuito de 4.350 m
63 vueltas. 274.050 Km
27 de Septiembre de 1981

Clasificación final

1

Jacques
Laffite

Talbot Ligier JS17 Matra

2h01m25s205

63v

2

John
Watson

McLaren MP4 Cosworth

2h01m31s438

63v

3

Gilles
Villeneuve

Ferrari 126CK Turbo

2h03m15s480

63v

4

Bruno
Giacomelli

Alfa Romeo 179

 

62v

5

Nelson
Piquet

Brabham BT49C Cosworth

 

62v

6

Elio
de Angelis

Lotus 87 Cosworth

 

62v

7

Mario
Andretti

Alfa Romeo 179

 

62v

8

Derek
Daly

March 811 Cosworth

61v

9

Marc
Surer

Theodore TY01 Cosworth

61v

10

Carlos
Reutemann

Williams FW07C Cosworth

 

60v

Promedio del ganador. 137.200 km/h
Récord de vuelta. John Watson en 1m49s475

CAMPEONATO
(Disputadas catorce competencias)

1 Carlos Alberto Reutemann
49
2 Nelson Piquet
48
3 Jacques Laffite
43
4 Alain Prost
37
  Alan Jones
37
6 John Watson
27
7 Gilles Villeneuve
25
8 Elio de Angelis
14
9 Rene Arnoux
11
  Héctor Rebaque
11
11 Riccardo Patrese
10
  Eddie Cheever
10
13 Didier Pironi
9
14 Nigel Mansell
5
15 Marc Surer
4
16 Mario Andretti
3
17 Bruno Giacomelli
3
18 Patrick Tambay
1
  Andrea de Cesaris
1
Slim Borgudd
1
Eliseo Salazar
1

COPA DE CONSTRUCTORES

1 Williams
86
2 Brabham
62
3 Renault
48
4 Talbot Ligier
43
5 Ferrari
34
6 McLaren
27
7 Lotus
19
8 Arrows
10
Tyrrell
10
10 Alfa Romeo
6
11 Ensign
5
12 Theodore
1
  ATS
1

Próxima fecha

Las Vegas 1981

Gran Premio de EE. UU. Las Vegas 1981
La venganza de Jones coronó a Piquet
Revista Corsa Nro 803. Octubre de 1981

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Historia de hombres y máquinas

Por Gustavo Ernesto López

email guerlopez@gmail.com